Médicos Cubanos en Hoduras

Las hondureñas cuentan con un nuevo servicio de atención médica especializada. Muchas de las mujeres de este país latinoamericano nunca habían visto un medico antes. Los especialistas cubanos han logrado reducir la mortalidad infantil que antes era de 30,8 por mil nacidos vivos y la tasa de muerte materna es de 48,1 por 10 mil nacidos vivos a 10,1 y a 22,4, respectivamente, en las áreas donde ellos laboran.

En la actualidad se encuentran en Honduras más de 200 médicos cubanos que prestan servicios en zonas rurales.

La tarea es dura pero también reconfortante al ver que el niño se encuentra bien y que cosa de buena salud, nada más que de pensar que tal vez podría haber muerto por causa de atención de especialistas o por mala educación higiénica, ya que las comadronas de los alrededores son las que se encargan de realizar tan importante y delicada tarea.

Maydelín Fernández es una de las colaboradoras cubanas en esta región, cuenta historias de verdadera tristeza pero también de alegría y de regocijo al saber que ayudo a darle vida a otro ser con su esfuerzo. Dio a conocer algunas anécdotas que nos hacen sentir más cubanos que es lo mismo que decir más humanos.

“¡DOCTORCITA, que viene una que no puede parir!”, oyó desde su ventana de Vado Ancho, en Danlí, Honduras, Maydelín Fernández González. El “mensajero” corría delante de recios hombres que cual animales de carga se turnaban para transportar la hamaca donde yacía la mujer, muriéndose y con un hijo adentro.

Desde los cerros venían, precedidos por las luces de las antorchas. Pero esa noche no hubo desgracias que lamentar. La cubana, aunque acostumbrada a otras exigencias en el Hospital Pediátrico Pepe Portilla, en Pinar del Río, había asistido, meses antes, a su primer alumbramiento en la nación centroamericana, invitada por una comadrona o partera.

A las mujeres de las aldeas hondureñas les cuesta ir al hospital a parir. Allí les cobran más que las parteras, además de que hay quien no quiere bajar del cerro y dejar la casa.

La doctora Fernández explica al diario Granma que estas comadronas han recibido entrenamiento e instrumental: yodo, guantes, gasa, pinzas, tijeras…, pero “no todas lo usan ni tienen conciencia de sus limitaciones” y recuerda que hay casos difíciles en los cuales se hace necesario la presencia de un médico.

Minerva Revilla Rodríguez, coordinadora de la brigada cubana en el departamento de El Paraíso, refiere que el trabajo es intenso, porque “a veces hay que salir a buscar a las embarazadas, pues no todas llegan a consulta. Hay que viajar, examinarlas, educarlas, convencerlas… y hacer lo mismo con parteras y enfermeras”.

Para quien atesora historias inconcebibles en pleno siglo XXI, como el caso de las que se amarran los puños y, colgadas, comienzan a pujar, lo más importante es “lograr que el parto sea seguro”.

La especialista destaca que las estadísticas logradas por su grupo en este sentido son alentadoras: la mortalidad infantil descendió de 16,4 por mil nacidos vivos en el 2004 a 2,77 en el 2005.

OPERACION MILAGRO TAMBIEN PARA LOS HONDUREÑOS

Las doctoras Mercedes Cabrera Espinosa y Amarilis García Rodríguez han recorrido durante meses Tegucigalpa, San Pedro Sula, El Progreso, Copán, Ceiba, Olancho, La Mosquitia… Padecido todos los climas y usado los más disímiles transportes, incluido “pipante” (canoa hondureña para atravesar los ríos y lagos recónditos), para atender a miles de pacientes y diagnosticar patologías oftalmológicas que puedan resolverse con la cirugía mediante la llamada Operación Milagro.

Este programa cubano-venezolano permite que se atiendan y operen de forma gratuita personas pobres con problemas visuales de América Latina y el Caribe.

Según se conoció, Cabrera y García, especialistas en Medicina General Integral, quienes pasaron un curso intensivo de Oftalmología Clínica impartido allí por doctores cubanos, han atendido, a veces, a más de cien personas en un día.

En el centro de salud de Corpus, donde transcurre para ellas otro día de trabajo, había una larga fila esperando: las doctoras cubanas llegarían pronto “para revisar los ojitos”.
“Me llamo Guadalupe Reyes y no veo bien”, le dice a Cabrera la primera paciente, una señora con un vestido floreado. Ella diagnostica cataratas. Entonces Guadalupe pasa a la consulta de los clínicos cubanos, donde le explican qué hacer para operarse en la Isla.

A diferencia de otras naciones de la región beneficiadas con la Operación Milagro, en Honduras los pacientes tienen que pagar los trámites internos para salir del país, que les cuestan alrededor de 70 dólares, una fortuna para muchos.

Pero si bien al término de cada consulta resulta doloroso para las cubanas que alguien no pueda viajar por esa causa, la tristeza también se resiste cuando Doña Flora, regresada de Cuba, dice: “Pues yo ni supe cómo me fui, pero no tengo quejas de nada. Fíjese que ni miedo sentí”. Su operación resultó un éxito. “Ahora, usted lo que necesita son lentes, doña”, apunta la doctora Cabrera.

MAS DE 800 GALENOS EN SIETE PAISES DE LATINOAMERICA Y EL CARIBE

Como parte del Programa Integral de Salud desarrollado por la Isla, 1 169 cubanos, de ellos 866 médicos, colaboran en siete países de América Latina y el Caribe: Belice, Honduras, Guatemala, Paraguay, Bolivia, Dominica y Haití, informa la Dirección de Cooperación del Ministerio de Relaciones Exteriores en su sitio Web.

Según la fuente, hasta el 31 de enero de este año, un total de 36 640 profesionales y técnicos cubanos prestan sus servicios en 107 naciones, de ellos, lo hacen en el sector de la salud 28 277 colaboradores en 70 países, para un 77,2%.